jueves, 28 de julio de 2011

28 de julio

28 de julio, día de paseo, de salir del bullicio de Lima, de escuchar el mensaje a la nación, de parrilladas, de música y comida criolla, de reuniones con la familia.

Para mi desde el 28 de julio de 2002 son días tristes, porque murió mi madre, Kiko, Kikito, Aura Luz, porque se fue  cuando recién empezábamos a ser amigos, cuando ya podíamos conversar, desde ese día la extraño porque ya no me siento hijo o, si me siento uno, me siento uno desvalido, sin alguien a quien recurrir, sin nadie que arregle mi caos. Gorda te extraño y me haces mucha falta.

Cuando era niño me alejaba de ti porque un niño quiere estar con sus amigos o con sus juguetes, cuando fui púber soñaba con que se acabe el colegio para poder irme de la casa y estar lejos y cuando lo logré me di cuenta de cuanto te quiero, y desde ese momento ya no fuiste la madre castrante que fuiste, sino mi amiga, la de risa fuerte, de manos pesadas (porque esos golpes dolían, jejejeje), la amiga con quien se disfrutaba una mexicagada o un anticucho en la esquina.

Viejita (vieja tus medias, dirías), te extraño y te admiro, te admiro porque me criaste sola, sin tu media naranja que te la arrebataron con quien ya estás reunida, porque muy a pesar de todo me enseñaste diferenciar lo correcto, porque con lo poco que teníamos, nunca faltó nada (muy probable que sí pero nunca lo sabremos ¿no?).

Gracias Kiko por enseñarme a disfrutar de esto, gracias por haberme hecho escuchar a Los Platters, Pedro Infante, Carlitos Gardel, Los Beatles, los boleros, música criolla y clásica, gracias por Rufo, Biscochito, Cabo, por enseñarme a disfrutar de ellos, por esos días de laguna que serán inolvidables, por los regresos cantando de Urubamba. MUCHAS GRACIAS MAMITA.